| Solemos decir que uno de
los géneros de los entes es la entidad y que ésta puede ser entendida, en
primer lugar, como materia —aquello que por sí no es algo determinado—, en
segundo lugar, como estructura y forma en virtud de la cual puede decirse ya de
la materia que es algo determinado y, en tercer lugar, como el compuesto de una
y otra. Por lo demás, la materia es potencia, mientras que la forma es
entelequia […].
[El alma es] la entidad
definitoria, esto es, la esencia de tal tipo de cuerpo. Supongamos que un
instrumento cualquiera —por ejemplo, un hacha— fuera un cuerpo natural: en tal
caso el “ser hacha” sería su entidad y, por tanto, su alma, y quitada ésta no
sería ya un hacha a no ser de palabra. Al margen de nuestra suposición es
realmente, sin embargo, un hacha: es que el alma no es esencia y definición de
un cuerpo de este tipo, sino de un cuerpo natural de tal cualidad que posee en
sí mismo el principio del movimiento y del reposo.
Sobre el alma, II, 1, 412a y 412b. |
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