Unidad 7. Filosofía y religión

El surgimiento del Cristianismo fue un acontecimiento que inicialmente pasó desapercibido a la filosofía, pero que tuvo luego importantes consecuencias para ella.

El cristianismo podía haber caído en el olvido al igual que muchos de estos antiguos cultos. Pero no fue así.

Constantino (285-337d.C.) fue el primer emperador romano en adoptar el cristianismo, que convirtió en religión oficial del Imperio (320 d.C.). Así empezó el poder de la Iglesia Católica Romana, que impondría su propia cultura universal en el Occidente europeo. La Iglesia tuvo durante siglos el monopolio de todas las formas de pensamiento filosófico y cortó la posibili-dad de que se desarrollaran perspectivas independientes o no ortodoxas. La gran mayoría de los lectores y los pensadores fueron todos clérigos. La filosofía se convirtió en teología, cen-trándose en cuestiones religiosas como la naturaleza y la existencia de Dios. 

Los principales filósofos del período final del Imperio romano son conocidos como Padres de la Iglesia por haber sido su labor la de clarificar y establecer las doctrinas y las creencias centrales del cristianismo. Se suele hablar también de Patrística para referirse a ellos. Son considerados filósofos porque creyeron que Dios había dotado de razón a los seres humanos para que así pudieran argumentar y discutir los problemas teológicos. 


A comienzos del siglo XII, el impulso de la cultura europea había adquirido ya una notable intensidad.  En el siglo XIII, la filosofía medieval, conocida como escolástica, llegará a su punto de máximo esplendor con Tomás de Aquino y su intento de sintetizar la fe cristiana y la filosofía aristotélica.